El actual candidato del Pacto Histórico a la Presidencia de Colombia, Gustavo Petro Urrego, obtuvo la mayor votación en primera vuelta en la historia de la izquierda en Colombia con una votación del 40,32% equivalente a 8.527.768.
El crecimiento y la popularidad de Gustavo Petro, ha desatado una gran controversia nacional desde las pasadas elecciones presidenciales del 2018, donde comenzó a sonar la “cláusula Petro”, un tema que ha desatado gran polémica en todo el territorio nacional y que ha tomado fuerza con el paso a la segunda y definitiva vuelta presidencial del 2022, en donde muchos empresarios y grandes hacendados ven una gran amenaza de expropiación y un riesgo en las finanzas.
Dicha cláusula está orientada en dejar estipulado y por escrito en la suscripción de contratos, que el contrato laboral solo podrá ejecutarse siempre y cuando el actual líder del Pacto Histórico sea vencido en las próximas elecciones presidenciales del 19 de junio de 2022.
Es decir, que la entidad puede abstenerse de llevar a cabo la ejecución de un contrato, puede modificarlo o dejarlo sin efectos en caso tal de que el candidato Gustavo Petro llegue a ser presidente de Colombia.
Vale la pena resaltar, que en torno a este tema existen grandes disputas sobre la legalidad de la aplicación de esta cláusula, por esto, a la pregunta de si ¿es legal o ilegal esta cláusula?
Sin duda, la respuesta está direccionada a afirmar que en el país desde hace un tiempo se ha venido incluyendo está cláusula, sobre todo en compraventas, sumado que, en el ámbito del derecho privado, este tipo de términos están permitidos, aunque pueden llegar a ser inoperantes si, jueces de la república así lo disponen.
Hay quienes disponen que esta cláusula se torna excluyente, así como lo expresa el abogado Ramiro Bejarano Guzmán y actual columnista del diario El Espectador: “Está encaminada a provocar o estimular el retiro de capitales nacionales o extranjeros del país, que es una de las formas bajo la cual podría tipificarse el delito de pánico económico”, además agrega que “esta singular cláusula podría tipificar pánico económico sino también un delito contra los mecanismos de participación democrática. Sujetar el devenir contractual y en últimas hasta las reglas del mercado financiero a cómo se expresen los votantes es lo menos transparente para cualquier proceso electoral”.
El debate continúa sobre si, la Cláusula Petro aplica o no, lo que sí es cierto, es que el cierre de muchos negocios y la ejecución de grandes contratos están subordinados a los próximos resultados electorales.
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